Llueve sobre la misma calle de tus ojos.
En el gris de las nubes como cielo
la ciudad aparece despoblada de latidos ,
es la tristeza prematura de no verte,
que se empeñada cada día en estar presente
Me cansa lo absurdo de extrañarte ,
el vacio de pensarte y buscarte en otros cuerpos.
Rondo la esquina de un te quiero,
desdibujado y viejo, ajado de emociones
gastado de palabras dichas al viento .
Llueve sobre el tiempo y es deseo,
el silencio se escurre en tus dedos,
dejas notas mojadas, desteñidas de pasiones.
Se diluye en la piel la promesa de un encuentro,
posdata de sueños muertos .