Cada mañana lo imagino,
cierro lento los ojos
y poco a poco visualizo
como podría ser,
comienzo a disfrutarlo
imaginando sentirlo
poco a poco en mi piel
deseando fuertemente
que se haga realidad;
abro de nuevo los ojos
e inhalo profundamente
al tiempo que comienzo
a cerrarlos de nuevo,
y entonces, lo vuelvo
a imaginar, el estar
rendido entre tus brazos
sintiendo tu eterno abrazo.