Si superar pudiera miedos y fatigas,
y las heridas fueran sólo tenues rastros,
si conmovido de tu llanto y de tu risa,
salvara nuestro foso de alabastro,
No quedaría del ayer un hondo marco,
si perdonara a la traviesa primavera,
si con dulzor abrazar tu alma yo pudiera.