Si llegara el momento,
el día en que pudiera
olvidar mi quimera,
soltar el sentimiento.
Si existiera un instante,
en que nadie pensara,
mejor dicho, se ahogara,
el momento triunfante.
Si tuviera la fórmula,
la descripción interna
con etiqueta externa,
eso mismo, la fórmula.
La solución precisa
para acabar los males,
que brotan a raudales
y se van con la brisa.
No, los males no se alejan,
están allí tapados,
o mejor…, disfrazados
y salir no los dejan.
Si pudiera curarlos,
si los mil corazones
unieran sus razones
para de allí espantarlos.
Si el rey de las crueldades
nos dejara un camino,
si ese tonto vecino
pensara en mis verdades.
¡OH! Sueño con ese día,
en que flores y besos,
sin súplicas ni rezos
vistan nuestra alegría.
O mejor, rezaremos,
pero dando a Dios gracias,
por la nuevas instancias,
será eso lo que haremos.
Una vez más yo sueño
mi Patria liberada,
me siento estimulada
y alimento mi empeño.