En el fondo de mi casa
en un lugar apartado
una niña esta mirando
desde un pequeño retrato.
Todo en ella es desamparo
parece tener cinco años
el pelo color canela
y unos tibios ojos claros.
Yo quisiera conocerla.
Que se produzca un milagro.
Que la niña pueda un día
salirse de ese retrato.
Quiero que dancemos juntas
las rondas que nunca hizo
y que busquemos las dos
algún tesoro escondido.
Y que juguemos con tierra
y con el barro del sur.
Que pillemos candelillas,
caminar bajo la lluvia,
cojer algunas manzanas,
correr por el cerro arriba
juntar yuyos y romaza.
Llenar su vida vacía
con arrullos y unos cuentos
y dejar en sus mejillas
la caricia de unos besos.
Que contemplemos el río
que adorna el pequeño pueblo.
Dejar que el dulce rocío
humedezca nuestro cuerpo.
Que caminemos descalzas.
Revolcarnos en el suelo
abrazar su frágil cuerpo
y acariciar sus cabellos.
Pasar por la casa grande
donde vivía su abuela
y sentarse en un banquito
esperando que la vea.
Tal véz entrar a la Iglesia
y rezar un Padre Nuestro
y preguntarle al Señor
que pasó con nuestros sueños.
Luego hacerle comprender
que en un rincón apartado.
Esta esperando por ella
su fiel y antiguo retrato.