Recuerdo mi niñez de ternura
como época de antaño y hermosura,
de recuerdo que provoca mi locura
a amor triste que a veces me tortura.
Recuerdo a mi madre en la vida,
por su amor sabio que no olvido,
de ternura angelical que no se olvida
en el tiempo efímero que se ha absorbido.
Mi madre se ha ido de este mundo
lleno de alegrías y tormento,
de voces calladas en temor rotundo
y tristeza transformada en lamento.
Madre que siempre llevo en el corazón,
como sangre que fluye en mis venas,
a cántaros de amor y emoción
Que liberan mi alma de condenas.
Mi madre siempre vive,
en mi mente vaga transformada
de mármol en penumbra que percibe
el recuerdo y ternura esfumada.
Mi madre siempre existe
en mi corazón roto consolado,
de amor, amistad que me tuviste
y cariño que volverá a mi lado.
Algún día volveré con mi madre adorada
al cielo perfecto santificado,
en ángeles y ternura soñada
de tu nombre inmortal en mi letrado.