Atardece...
Paisaje atardecido
en el corazón del firmamento,
paisaje que después de llovido
pintó el aire de versos.
Como si a él lo presintiera
el sol baña el paisaje,
con un manto de primavera
que viste el alma de la tarde.
Atardece...
Como si a él lo imitara
libera un arcoiris intenso,
y el cielo gris se aclara
en la silueta de mis deseos.
Atardece...
Sólo quisiera desfallecer
en sus ojos de niño castaños,
al igual que este atardecer
que se recuesta entre mis manos...
con la llovizna caprichosa
tras el cristal empañado
que atardece las horas
de mi suspiro enamorado,
ocultando tras su espalda
un tímido cielo carmesí,
que acaricia la piel de mi alma
hasta verlo atardecer en mí.
Ceci Ailín