Pies nuevos, manos
que rompen su segunda cascara, latidos sin estelas ni tierra hincada. ¿Es
posible? Me preguntaba… las respuestas se quedaron roncas, asidas en las
profundidades de bocas llanas, en las hojas maniqueas cansadas de color, en la
estruendocidad del silencio, en el abismo de frases fracturadas. ¿Sera posible?...
una y otra vez arrodillaba la noche en tinteros como molinos sin vientos, como
rosas en las vísceras discrepantes de praderas de suelos en revuelta parda,
cómo las raíces de legumbres plásticas. Ojos nuevos, boca en su primer rocío,
venas que al fin se llenan de sangre, como los causes del Sahara. ¡Si, es
posible! Se puede nacer por segunda vez sin morir.
LRL
21-12-2011