Peluchito entristecido
te he visto en varias vidrieras
queriendo tener amigos
o acompañante siquiera.
Tu cara de filosofía
denota tu seriedad;
por eso, la melancolía
es dueña de tu soledad.
Tal vez nunca, amigo,
cambies tu triste semblante
con tus ojitos caídos
y tu mirada expectante.
Sigue allí en la vidriera
que por alguna razón;
el día que Dios lo quiera
llegará un buen comprador...
Y tendrás un nuevo hogar
como otros ositos de felpa,
y me vas a recordar
por dedicarte estas letras.
*****