La encontré en invierno...
como ahora,
cubierta hasta las ramas de pudores,
era el frío inhibidor
lo que impedía nuestra empatía.
Pero los ojos se encontraron...
y fueron más que el frío
y más que el pudor...
y platicaron.
Sintieron atracción...
develaron misterios...
y sin hablar...
inició la historia.
Han pasado siete años hasta ahora
de aquel suceso de librería
cuando vencí los miedos
y coloqué en tus manos...
el libro de Neruda...y una sonrisa...
que tu querías.
Y me atrapaste...
y aquí me tienes...
contando aquello...
a nuestra hija...
que es lo mejor...de aquel amor...
que venció al frío...
y borró el pudor.