Satírica y volátil,
Incrementa cada olor
Colgante de su silueta
Que ignora mi vista,
Pero que no duda que exista
Mi alma, que se escurre por mis ojos,
Y va dejando
Migas de nostalgia
Por la cama y las paredes,
para no perderse de esta recamara,
Para saber
que sigo esperando a que amanezca;
Y va dejando
suspiros De eternidad
A la madrugada.
Se pone el disfraz de cadáver
Y, es tan exacta en su sentimiento
Que logra engañarme,
y cuando mis poros
Se ponen de luto
Es tan astuta
Que mete frío y escupe a las cobijas.
Quizá sea lo celosa que se porta,
O el despecho que la reina
Por el olvido que le di
Cuando una mueca en mi rostro
Indicaba al mundo que yo era feliz
Lo cierto es que, esta noche
Nos volvimos a enamorar
Con esa extraña mala costumbre
De ignorarnos
Sabiendo que habitamos
En una misma habitación.