Me invade el temor, temo decirlo,
el miedo me agobia profundamente,
quizá esté mal, no lo sé, pero...
lo sabe el universo, lo sabe Dios,
lo saben los árboles y los pájaros,
lo sabe cada amanecer con su crepúsculo,
lo sabe el sol y la luna,
y al viento siempre lo susurro,
lo grita el cielo con cada tormenta
exclamando con sus relámpagos;
y aunque este mal es una gran verdad
como lo son los colores del arco iris,
te amo profundamente con el corazón
y el alma donde estas impregnada,
totalmente tatuada, algo que no cambiará
con el venir de los años, a pesar
de la vida o la muerte, pues fui
bendecido con esta suerte
de poder llegar a tenerte.