Ernesto Spinosa

INSECTO

Siguiendo tu rastro

buscando tu calor

por el suelo, por el aire

con sigilo extremo

alerta del peligro,

me escabullí

en tu suave capullo.

 

En la penumbra de la medianoche

me posé primero

sobre tus hombros desnudos

poco a poco

fui descendiendo por tu cuerpo

hasta llegar a tus pies, donde me tienes.

 

Dejando cada día

a cada paso, una marca

una picadura insoportable

como prueba que estuve ahí

sorbiendo con mi boca seca

tu amarga sangre, haciéndote mía

como un insecto despreciable

queriendo amarte para siempre.