y si tan solo
pudieramos escapar de las prohibicones
de las ausencias de verdad y gozo
de la perfección
no nos perturbaría tanto
la soledad de nuestros engaños
desasir los lamentos
que enfrascados en bebidas lucidas nos detienen
y morar sin remedio
sin causa bajo nuestras huellas...
si tan solo pudieramos oir sin voz sin palabras...
bajo la sombra de un arbol
escuchariamos las hojas que se lamentan
y las raices que muerden
la tierra desesperadas
recognitas del esplandor que alzan.