¿Que hace allí parada?
¿No ve que no quiero verla?
No se quede allí postrada,
sálgase de mi verja…
Por Dios no sea terca
aléjese de mi vista
tenga vergüenza, no insista
que nada tenemos que hablar
yo no voy a claudicar
después de tantas ofensas;
mi rabia es tan inmensa
que ya no me puedo controlar.
Evíteme el malestar
y retírese de inmediato,
pues para serle sensato
ya su presencia me apesta
en mí no hallará otra respuesta
que mi rechazo total.
No cause ya tanto mal
y si olvidar nada le cuesta
busque otra ocasión especial
para que así se arrepienta;
y no me arruine la fiesta,
que estamos en navidad
y no tengo necesidad
de escucharle sus propuesta.
Y la señora, regalo en mano,
Se alejó maledicente,
vociferando entre dientes
la nobleza del humano;
porque esperar, le fue vano,
los días de navidad
para buscar la bondad
y el perdón inmerecido
de aquel pobre vecino
a quien con saña y maldad
atacó once meses del año
en modo cruel y macabro,
y ahora busca generosidad,
en modo enfermizo y extraño
en tiempos de navidad.
Tiempos de Navidad…
Amor, paz y ternura…
Gloria a Dios en las alturas
Y Paz a los hombres de buena voluntad.
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