Revisando la memoria
de tantos años vivídos
has aparecido a la mente
en un rincon escondido.
Fuiste el mensajero,
de la vida de los niños
en una calle de tierra,
y el sol como testigo.
Te hacían una ronda
para ver los mágicos giros
un alambre,un cartón
de un elástico suspendido
hacías bailar un ratón
entre las piedras y el limo.
Tu lauchita como decías
fué la historia verdadera
de ese grupo de pequeños
que mirándote admirados
tenias el más lindo sueño,
de tus cuentos recordados.
Tu pago fué la sonrisa
de los chicos alborotados.
Siendo un hombre ya reías
cantante de sueños dorados.
¿Cómo te describiera?
hombre flaco,pelo negro,
macilento, entretenido
con tu lauchita en las manos
creabas el paraíso
para los niños del barrio.
Te fuiste como llegaste,
sin un adios de tus chicos
después de tantos y tantos años
te recuerdo agradecido.
Nunca imaginaste
que las semillas sembradas,
darían frutos jugosos
de tremendos ideales.
Siempre haciendo el bién
con tu lauchita cantante,
sin esperar recompensa
de los chicos de la tarde.