Que indigno te resulto esta aventura amorosa
Tan intangible
Y tú así de presurosa
Que la ira te inundo como combustible
Y ahora que te devoras internamente
Con fuego de tu infierno
Te digo solemnemente
Sin ser mensajero del averno
Que todos tus llantos por mí fracturados
Sobrevivan como ceniza viviente
Sobre tus calcinados huesos enamorados.