Manto imaginario, ilusionaria certeza
de votos y promesas
Cubiertos los techos de luz y templanza,
¡Creíste que era cierto.
El lento parpadeo del sueño cotidiano
propietario de amor, tedio y esperanza
eran tuyo y mío,
!Creí que era cierto.
Miradas cautivas, agotados alientos
empañan los cristales de un paisaje blanco
que entibia la morada llena de recuerdos
Complicidad de largos silencios,
perfume de llantos, risas y besos
Cuantas ganas, cuanto amor y esfuerzo,
¡Creímos que era cierto!
Aleajndra Piñeiro