Muchacha en flor,
que polinizas mis noches de fruición,
nunca pierdas la ilusión,
que yo germinaré tus sueños con pétalos de amor.
Muchacha en flor,
que disipas la tristeza de mi flébil corazón,
no te abandones nunca al dolor,
que yo estaré a tu lado para acompañarte en la aflicción.
Muchacha en flor,
que te entregas a mí con tierna pasión,
no encharques tus venas de amargo licor,
que yo sanaré tu cuerpo de toda infección.
Muchacha en flor,
que obras en mí el milagro de la transubstanciación,
no libes más del cáliz del redentor,
que yo cicatrizaré tus estigmas con generosa devoción.
Muchacha en flor,
que al volar recortas la línea del horizonte con tu fulgor,
no permitas que nadie vuelva a cortarte las alas con tanta saña y furor,
que yo te meceré en mis brazos como a una falena en plena ascensión.
Muchacha en flor,
que acudiste a mi llamada sin dilación
y te posaste en mi mano con recato y pudor
dejando una huella imborrable en mi corazón,
siempre que vueles, yo volaré a tu alrededor.
© Óscar Bartolomé Poy. Todos los derechos reservados.