Con las manos vacías
Con el cielo despejado
A campo abierto
Camino
Tropezando
A tientas
Con los párpados cerrados
Dirijo la mirada
Al horizonte
Donde danzan fantasmas
A un ritmo inexistente.
Una playa desierta,
Sin arenas,
Sin sol,
Sin estrellas de mar
como víctimas
arrojadas
por el mar embravecido.
Y la nada
Acaricia mi pecho
Y también mi bolsillo.
Me recoge en sus brazos
Y me duermo como un niño pequeño.