Qué somos sobre el mundo, bajo el cielo,
qué somos tras el mar, si no veletas,
qué somos de las letras si no estetas
vertiendo sobre el blanco sangre y duelo.
Qué somos en la lluvia, tras su velo,
qué somos pretendièndonos ascetas
al cuarto en que intentamos ser poetas;
qué somos si no el negro de su pelo.
Si no la esencia que en la brisa deja,
si no lo tierno de su voz al alba
o la humedad en que nacemos todos.
Si la delicia de su toque aleja
y ni el recuerdo de su haber nos salva,
seremos nada al sol, de todos modos.
Marco Quezada