Cada viernes escuchaba a la abuela
entretenidos cuentos
de un barco a velas, que navegaba solo
su tripulación había muerto.
¡ Caleuche !..
llamaba aquel barco
que recorría el Pacífico
igual el Atlántico...
Mirarlo no era bueno
sometido a maldición quedaba,
decía la abuela en su narrativa,
que aquel que lo había visto
se diera por muerto.
También narraba historias sobre el Trauco;
Pobre la niña
que en su trayecto lo encontrara
sin saber cómo ni porqué
embarazada quedaba.
Yo tenía dos hermanas muy lindas...,
parecía que ambas habían visto al Trauco.
A la mayor, le acompañaba un rubio pequeño
a la menor, uno morenito y crespo.
Un día las pillé en el granero
corrieron a tapar mis ojos.
Me dijeron que el malulo
las había embrujado.
Más no entendía..,
para la abuela el Trauco era uno,
en el granero eran dos los que estaban.
Sentí pena por ellos, ropa no llevaban.
Nunca conté esto a la abuela…,
para no asustarla,
o que alguno de los Trauco
quisiera a ella también embrujarla.
Han pasado los años.
La abuela parece que vio el Caleuche.
Mi fantasía;
transformarme en el Trauco,
dejar muchas damitas embarazadas.
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Florentino II.-