nelida anderson parini

La distancia, mi enemiga.

Si la distancia quisiera,  hacer amistad conmigo,

le diría que te quiero, aunque te llame mi amigo.

Tú eres el compañero, que lejos llevó el destino,

el que me aguarda certero, en el final del camino.

 

Eres el hombre que quiero, mi aroma preferido,

mi mentor, mi consejero, mi manto contra el olvido,

mi caminar pasajero, mi despertar florecido,

el beso dulce y ligero, de sabor desconocido.

 

Si la distancia viniera,  a acompañarme unos días,

de seguro comprendiera, que son mis noches tan frías,

que mis lamentos se cuelan, en las paredes vacías,

 en la amargura del  llanto, las lágrimas son sombrías.

 

Vale la pena quererte… en la eterna despedida,

 a mi me tocó esta suerte, de andar sola por la vida,

 aunque no pueda tenerte, no me daré por vencida,

 siendo mi amor más fuerte, he de ganar la partida.

 

Si  la distancia viniera, de seguro entendería,

 a pesar de no verte, presiento tu compañía,

no requiero conocerte, para sentir cercanía,

te refugias en mi mente, bañándola en alegría.

 

Y aunque la distancia sea, hoy una cruel enemiga,

 que de cruda indiferencia, se reviste día con día,

no está lejos el momento, en que llegue a ser mi amiga,

cuando sus brazos extienda y me muestre simpatía.