QUÉ triste FUE decirte, ADIÓS:
Qué triste fue decirte, adiós, sin pronunciar palabra alguna, mordiéndome los labios hasta casi verlos sangrar, para no llegar a flaquear, llamándote, solo siguiéndote con la mirada lánguida, oculto tras la cortina del cuarto, hasta que tu presencia se fue perdiendo en la distancia, allá mismo, donde igualmente se pierden los sueños más anhelados del hombre en el olvido, por haberte amado ciegamente, sin ser amado, sentida y sinceramente, en tus brazos...,
Qué triste fue decirte, adiós, moviendo una mano, sabiendo que por altivez y amargo orgullo, jamás voltearías, siquiera un instante, para ver por última vez a la ventana a quien bien sabias, estaría allí parado, llorando como un niño, tu dolorosa partida, al no importarte nada la pena de comprender en piel ajena, que Yo también estuve sufriendo del corazón, sin Tú creerlo, herido en el amor propio, solo pensando en tu amor, intentando por el bien de los dos, ponerle punto final, a esta historia de desamor, sin poderlo nunca, lograr, sentimentalmente...,
Qué triste fue decirte, adiós, a lo mas añorado de ver, recostada sobre mi pecho cada amanecer, despertándome con un beso y una sonrisa de perlas en los labios, murmurándome suavemente al oído, un TE AMO, con sabor agridulce de falsa gloria, por pensarte solo mía y no darme cuenta a tiempo, enamorado, que Tú en verdad, jamás me habías querido, como Yo siempre te amé, sin reglas y condiciones que cumplir, en mis brazos.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 26122011 10:15 PM.