Me dejaste los astros prendidos del cielo
Unos perpetuos como tu nombre
Otros fugaces iguales a mis sueños
Así lo veo todo desde mi ventana…
Como duende te espero, escondido
Cada noche en las ramas de un árbol,
Por ver si apareces, así sea un momento
En mis noches de insomnio y de sufrimiento.
Ayer como antes, tocaste mi ventana
Sintiéndote cerca, mi ser, todo se estremeció
al abrir la puerta, sólo hallé tu perfume
Otra vez por temor, te habías alejado.
Pero esa tú visitica, mi vida insufló
Ese soplo secreto llamado “adew”
código nuestro, proviene del corazón
de la fe, la esperanza; de Dios y de vos.
Delalma
Martes, 27 de diciembre de 2011