Alexander Vortice

PUNTO DE PARTIDA

HUIR entre cometas

me enseñó a cuestionar la realidad.

 

Luciérnagas de años venideros

sacuden sus alas

frente a la hazaña de la demencia.

 

Muchos fueron los que bramaron

ecuanimidad

al tiempo que los vendavales

de fosforescencia

punteaban el lugar idóneo

para perder los papeles

de la perplejidad.

 

Huir fue una opción

hasta que decidimos regresar

al melancólico punto de partida.