El aparente reflejo de tu recuerdo tan sublime, tan perfecto; es una ilusión que subyace la razón, contenida en un solo corazón.
La profecía se cumplió, el Ángel Gabriel no se equivocó; cuando tomo la decisión, de incluirnos a los dos en el ovillo del amor.
La historia se fue tejiendo y contada en todo el reino, todos se preguntaban; como dos hilos tan finos duraban.
Nadie supo el secreto, la magia de de lo imperfecto, dos cuerpos, almas que se unieron; entre fibras de toxinas rutilantes armonías.
El final llegó ese día, se descubrió la vil mentira, las lias se desprendían; y el pegamento del amor las unía.