Mujer obrera
Temprano, muy temprano del lecho al piso saltas
Y tras un baño rápido y un café apresurado,
Corres hacia la esquina a esperar como tantas
El autobús que viene de gentes atestado.
Temprano, muy temprano llegarás a la planta,
Allí, donde laboras por mísero salario,
Y bajo la mirada de un capataz que achanta
Trabajarás un día con gesto acoquinado.
Volverás a tu casa, silente, haciendo cuentas,
Que se acabo el arroz, las papas, la panela,
Hay que pagar servicios, hay que pagar la renta,
Y hay que abonarle un poco al saldo de la tienda.
Aun falta una semana para cobrar quincena,
Mejor no hagas las cuentas si no hay con que pagar.
Volverás a la tienda con un poco de pena
A pedir que te apunten arroz, panela y pan.
Otra vez al trabajo, otra vez la rutina,
Como todos los días el ritual es el mismo
Te levantas, al baño, el tinto y a la esquina
El bus, la planta, el jefe que mira con cinismo.
Mientras al desayuno, las migajas de papa
Masticas aburrida, que triste desayuno,
Piensas: esto no es justo, unos con tanta plata,
Y cada día más ricos con el trabajo de uno.
Pero estos pensamientos no mejoran el día,
Mejor pensar en nada y seguir camellando.
Luego hay una noticia, la efímera alegría
De saber que te Pagan y te quedas pensando:
Si pago los servicios y pago la vivienda,
Y guardo los pasajes pa venir al trabajo,
Con que pago el cosmético, con que pago en la tienda,
Esto ya no me alcanza pa una mierda, carajo!!!
Y así sigue la vida de la mujer obrera
Levántese temprano y corra a trabajar,
Cada quincena cobra y se queda cabrera
Viendo que su miseria no logra superar