Ella,
susurro que calma
las ansias de tu almohada,
inunda lentamente
de espejismos tus sábanas.
Lírica que hechiza
el pensar de tu alma,
y evoca la lujuria
escondida en tu cama.
Caricia vespertina
fruto, que despierta tu codicia
efímera fantasía
que tu piel eriza.
Ella,
guarda en su pecho
el fulgor de tu mirada,
y embriaga tu cuerpo
con esencia
de mujer enamorada.