Oxidada memoria de la etapa adolescente
algún que otro detalle
se me pierde.
Era muy secundario el amor en esos días
es más,
era solo un juego carnal de cantidades,
un presumir,
una ruleta rusa quemando calidades.
Pero me acuerdo bien,
eso si lo recuerdo,
Una mañana
de un pálido febrero
la vi parada fragante de perfume
con esa cabellera
llegando a su cintura
y dos ligas violetas cruzadas en los libros.
Me enamoré al instante
solo vinculo su boca al chocolate
que derretí cobarde en el bolsillo de mi blazer.
Nunca le dije:
la amé por mucho tiempo
solo que aquí,
aquí en mi pensamiento
Hoy, sentado en este metro
del infierno
vale la pena
pasar por el recuerdo.