Voltaire, también seremos
“personas non gratas”
¡papalinas convictos!
terminémonos pues el habano
en este lindo salón parisino.
Por cierto, ¿dónde va a arder la madera
si ya no quedan chimeneas?
Pero aumentan los pirómanos ¡mala ralea!
Exterminio de naturaleza.
Tampoco ya llevamos, en la cabeza,
los cestos de ropa vieja,
los cántaros con agua fresca,
los hijos que no enderezan.
De lejos se oye un repiqueteo…
¿son las pinzas de un lindo cangrejo?,
¡no, es un móvil ultraligero!
Sequemos pues el suelo con papeles
¡dormiremos secos!
recolectemos cartones,
nos abrigarán los bigotes.
Pero eso sí, que no nos falten las fiestas,
hipotecaremos hasta el alma,
con tal de vender apariencia.
Poetas, nos crece la hierba
hasta en el ascensor gubernamental.
Salgamos pues de la función,
por la puerta pequeña,
sin hacer ruido ni a nadie importunar…
La grande… ¡para la rencarnación de la soberbia!
Humilde amigo mío, ¿verdad?