Hoy que yo me disfracé del olvido
me encontré desenhebrando el camino,
porque un néctar espía y asesino
fue tu flecha, en manos de Cupido.
Me vestí en este día de distancias
me alejé de tus sendas romanceras,
porque fueron tus plácidas aceras
que me ataron el alma a tus fragancias.
Y viví entre el olvido y las ganancias
pues sembré desvaríos, pensamientos,
que trajeron la vida con sus ansias
sumergiendo las nubes y los vientos,
pues sentí los sabores y elegancias
manantiales del alma y sentimientos.