Te encontré un día cualquiera
niño triste y moribundo.
Tú no pediste venir
pero estabas en el mundo.
Era pequeño tu cuerpo
y tus ojitos sin brillo
y yo te quise brindar
mi protección, mi cariño.
Cuando crezcas algún día
muchas preguntas harás
¿Por qué esto? ¿Por qué lo otro?
Quiero saberlo mamá.
Yo, con tono indiferente
te contestaré sonríendo
es una historia muy larga
poco a poco irás sabiendo.
De los cuatro hijos que tengo
te contaré mi versión.
Tres crecieron en mi vientre
el otro en mi corazón.