El punto es que no quieras
vivir sin mi mirada,
que pensarme te recuerde
la canción mejor guardada,
que tu vino sepa a besos
exclusivos de mi boca,
que mi aroma sea el perfume
de tu cuerpo y de tu ropa.
El plan es que no saltes
de la cama sin soñarme,
que tus brazos tengan frío
si no corren a abrazarme,
que no haya más poemas
si no son tuyos y míos,
que nadie toque tu pelo
si no son mis dedos finos.
La idea es que mueras
por ser dueño de mi alma,
que conmigo sólo encuentres
el origen de tu calma,
y cuando logre todo esto
y en mi mano estés cautivo,
te haré libre de este amor
fundiéndome contigo.