Alas de ángel mojadas con fría lluvia de invierno,
como lágrimas tristes acumuladas en el cielo.
Alas adormecidas que no pueden volar,
sometidas al peso de hierro de la tristeza.
Ángel entra en mi casa y sécate al fuego
de llamas de amor que enciende la amistad.
Descansa sobre los brazos de sueños de felicidad,
sobre cojines de terciopelo suave de cariño,
y destierra la tristeza al abismo sin retorno.
Ángel elévate en el universo sin fronteras,
desprendiendo de tus alas racimos de estrellas,
que van creando un nuevo cielo sobre el antiguo,
en donde juegan felices las almas enamoradas.
FÉLIX