Niño, guardaré distancia
y te tendré cerca,
convirtiéndote en las palabras
que dibujan mis penas.
Guardaré distancia,
te lo prometo,
pero me será imposible
dejar de mirarte un momento,
ya sabes que quisiera despedirme
y no sentir esto que siento.
Mientras me mira de lejos
el recuerdo de tu sonrisa,
al otro lado de la noche
tu amor se viste de ceniza;
y me ata con sueños
a la insalvable distancia
que separa nuestros cielos
y hiere mi esperanza.
Aún así vuelvo a imaginarme
entre tus brazos dormida,
desnudándome en un sueño
cuando despierta el día.
Y me miras dulcemente
con esa mirada tuya,
piel a piel en mi te enciendes
abrazado a mi cintura...
dejando mi alma...
llena y desnuda...
porque con cada roce de tu piel
mi cuerpo se estremecía,
un deseo puro de papel
todo entero lo recorría.
¿Por qué siempre mis latidos
tienen que ser más fuertes que mi voz?
Amor... ¿podré hacerte sentir
esto que por ti siento yo?
Niño, guardaré distancia
pero no podré dejar de mirarte...
si me envuelves con tantos anhelos
que no saben dejar de adorarte.
Quisiera dejarte ir,
entre la triste de la lluvia
que empeña lo que me haces sentir
en las blancas orillas de la luna.
Y que al fin... este cielo de sueños
se haga ocaso tras tu piano,
que en tus manos mueran mis versos
con un último suspiro enamorado.
Niño mío, te amo.
Ceci Ailín