He sellado dulcemente mis venas,
Para venir a buscarte con el corazón abierto.
Tengo frente a mí la orilla de una tierra tan cercana,
En donde sueño aplastarte contra el suelo con besos.
He llenado mi boca con poemas
Y mi cuerpo lo he vestido con deseos,
Deseos que queman el lecho de mi alma
Como las brasa ensangrentadas de un hierro.
El mundo es tan solo una partícula
Comparado con esta gran olla de agua hirviendo.
Temblando en el pozo de mis ojos
Veras todos mis sentimientos,
Navegando apaciblemente
En la corriente de mis egos.
Vienen buscándote a ti,
Vienen buscando tu cuerpo,
Tan hermoso como la rosa
De un primaveral huerto.
Átame por siempre a ti…
Llévame tan lejos que ya no vea el universo,
Piérdeme en cada uno de los átomos
De tu mirada de misterio,
Bautízame deliciosamente
Con el agua bendita de tus besos,
Y haz que mis células,
Sean las mismas células de tu cuerpo.
Y no quiero que nadie de ti me separe,
Y ni siquiera la muerte con su tormento,
Porque quiero que hasta en la triste sepultura
Te sigan amando con locura, mis huesos.