Dios envía a cada uno un Ángel Guardián
quién nos toma de la mano, nos habla con el viento
y cuida siempre nuestro sendero aunque hayamos dejado de ser niños.
Tiene el cabello largo y suave,
unos ojos muy tiernos y mirada profunda
que ilumina tu oscuridad y calma tus temores.
(Nadie me lo ha contado, lo he visto.)
Es alado, te lleva dormido en sus brazos,
es tan cuidadoso que imaginas que sus alas resbalan.
Endulza para ti la más agria de las frutas,
hace que las flores perfumen tu camino,
convierte las espinas en rosa.
Te pinta un cielo lleno de estrellas
y corona tu cabeza con cientos de ellas.
Yo tengo uno, sí, un ángel guardián
se viste de luz, me cuida cual joya preciosa
me dice que me ama y estará conmigo SIEMPRE
mi ángel guardián se llama Jesús
y si tu quieres puede ser tu ángel también...