Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Yo me acostumbro a estar sin ti. ¿Lo entiendes?
Quiere decir, amor, que no amanece;
quiere decir que aprendo a abrir los ojos sin tu beso.
quiere decir que olvido, amor, que yo te olvido.
Como un morirse lento, implacable, a pedazos,
yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Y acostumbrarse es una cosa oscura,
es una cosa eterna, sin caminos,
como un caer caer en el vacío.
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Y un día y otro pasan.
Y un día triste no es día sino un cortejo inmenso.
Y dos días de tristeza ya no pueden decirse.
Y acostumbrarse es una palabra irremediable
que ojalá nunca sepas.
Una criatura tiene su tamaño,
tiene su borde estrecho, su medida.
Y ha de haber para todos la pequeña alegría,
esa mínima dicha que es un derecho humano.
ser feliz, amor mío, es como el aire, el agua,
algo para la vida.
Yo me acostumbro, amor, yo me acostumbro.
Lejos, tu mano corta el pan para otra boca.
Lejos, suenan tus pasos y como yo sé que suenan.
Lejos, amor, muy lejos.
Y allí, donde mi angustia está sin ecos,
tú sonríes, tú eres,
y no sabes, amor, con cuánta sangre,
con qué amarga paciencia,
con cuánta fuerza para ahogar, yo olvido,
yo deshago mi sueño
y me acostumbro, amor, y me acostumbro.
A horas de consumirse un año que para algunos fue positivo, para otros no tanto, pero que, en definitiva, a todos nos permitió terminarlo con un sueño esperanzador y optimista, pleno en realizaciones, quiero hacerles llegar mis mejores deseos de ventura personal y felicidad a toda la gran familia de "Poemas del Alma".
Aprovecho también para disculparme porque en los últimos días no he podido, por razones profesionales y laborales, responder , en algunos casos, y en otros hacerlo de manera incorrecta, a sus comentarios. Sé que sabrán disimular esa falencia.
Por un tiempo estaré ausente, creo que todos nos merecemos un descanso. Hasta la vuelta, reciban un fraternal abrazo a corazón abierto.
Gammon