Señor ten misericordia de mí
Noche de pena y quebranto,
mi poesía está llorando,
no quisiera yo escribirle
al dolor que me han causado.
Quizás sin mucha belleza,
sin finura aquí se expresa…
mi alma quien va penando
porque ha recibido un dardo.
Señor, al igual que a ti…
la que amaba me ha matado,
me ha vendido por monedas,
con su ego tan malvado.
¿Por qué la vida es tan dura?
¡Porque cuando no lo quieres!
sin esperarlo recibes
una herida que te duele.
Señor quien me ayudara,
a sanar de amor mí pecho…
no se si aun podré yo amarla
con el daño que me ha hecho.
Sólo te pido señor
que me quites la amargura…
y aunque sea un masoquista,
quiero amarla con locura…
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