Escribo siempre de madrugada
porque empieza un nuevo día,
y las manos me reclaman.
Escribo siempre de madrugada
porque es mi tiempo en silencio,
y dueño soy de verbos y sueños.
Escribo siempre de madrugada
porque para morir hay tiempo,
y dormir es morirse a intervalos.
no se morir a medias...
hoy estoy vivo...
y escribo siempre de madrugada.