¿Cuándo comenzó este juego, este viaje lúdico y a la vez sui géneris, el más intenso y descomunal de todos cuantos emprende el género humano en el discurrir de su existencia? Cabalgamos sobre cada segundo de nuestras vidas y, de repente contemplamos con asombro las mazorcas de un tiempo desgranado, espigas mustias de un calendario ya sin hojas y sin fechas; huellas de un carrusel cargado de gente itinerante, presurosa en la búsqueda de un destino incierto...
Aquí y ahora la fantasía nos ofrece signos de la vida que trasciende con señales de alegría, o del dolor que trastoca los sentidos, desbordándose en nuestra humanidad por la piel y las retinas con fuerza inusitada. Se detienen los vagones y descendemos todos en bullicioso tropel para el ritual del trasbordo. En delirante tumulto abordamos el nuevo Calendario, evocando los trechos transitados, ebrios de nostalgias…
Poseídos de la fantasía y presas del delirio, olvidamos por un momento que la ruta del tiempo es una línea imaginaria y oscura, con un solo destino inexorable, en tanto que nosotros, actores dudosamente reales, somos, apenas cautivos creadores de túneles y atajos, inútil empeño de este juego eterno por escapar a los designios del Oráculo, donde apostamos a la vida con fichas ya marcadas. Por eso y para eso inventamos palabras mágicas, cálidas, cargadas de esperanza, de amor y de bondad. ¡AMIGOS QUERIDOS, COMPAÑEROS DE VIAJE, QUE TENGAN TODOS UN FELIZ Y VENTUROSO AÑO 2012…!