Eres el alma mía que derrite
los hielos santos, claros y serenos,
que va como la tarde echando frenos,
pidiendo amor, buscando que palpite.
Eres la luna llena que permite
todos mis sueños, como cisnes llenos
de vuelo y acarician bellos senos
y al despertar que hacen que palpite.
Estas hecha de luz de día, brillas
como la estrella blanca que titila
sobre los universos que son magia.
Y tú con rojos frutos de mejillas
y piel de dulce aroma que destila
y una felicidad que me presagia.