gatoconbotas_58

Me llega ella

Cuando el rumor del mar me llega
plagado de letras,
azul
alborotando sentidos,
me llega su cielo
entre mi boca y mis ojos:
el murmullo,
la razón,
mis silencios y mis signos
donde se eleva un faro ciego,
un pobre farsante,
un poeta mudo
o simplemente sentimientos tuertos.
Y doy cuenta que me falta,
en el blanco
a pesar de los naranjas
de esta tarde de otoño y sal,
y brisa tenue,
y barco
y pájaros a la deriva.
Llovizna ella,
me llega su tiempo
de arenas y huellas
y bosques verdes,
flores y paredes,
fogatas y claveles,
cementerios y suspiros,
ausencias
en el horizonte de su vientre
donde se hundieron una y mil veces
mis sueños
y algunos versos ya desvanecidos.
Me llega este atardecer
y me llega ella
suavemente en el ocaso,
en este “la quise”
que baja por las mejillas
mojándome en cada una de estas frases
y en cada uno de sus puntos suspensivos.
La extraño entre mis manos,
me falta su piel,
la sed de sus alas, su aire,
su cuerpo y su universo,
y me sobran todos estos pensamientos,
rencores cobardes,
sucio juego
de tantos recuerdos
y de tan simples olvidos..
Me miro,
y me disculpo a mi mismo,
escribo alimentando voces,
solamente algunos ruidos
de la lluvia al caer,
me acerco imágenes
que me mantienen vivo.
Y a la distancia
amor y señales:
el canto digno,
esperanza que aún late
a la orilla de nuestro eterno río,
en la guitarra,
en el susurro,
en el margen de esta hoja
un lejano camino amarillo
bordado de luces y sombras
alegrías y tristezas
donde supimos amarnos tanto
y tanto nos fuimos alejando.
Late,
simplemente late,
el murmullo,
la razón,
mis silencios y mis signos,

una flor de agonías se marchita

y en mi corazón late su grito,

me llega y late,

al margen,

en el lejano camino amarillo

la poesía
donde siempre fuimos
simplemente

dos amantes desconocidos.