Llevo en mi alma un alma ajena,
en mi sonrisa una flor marchita,
son mis ojos de ceguera infinita
un desierto de sombra y arena.
Mi corazón arrastra una pena.
en su boca ,mi boca escrita
Y sin razón no me necesita;
más, para el soy una gota ajena.
Yo sigo bañada de su aroma
esperando la luz de la mañana…
Escribiendo esclava de mi locura;
Recuerdos bajo la noche oscura.
Y es mi pluma una herida paloma
Que vuela callada hasta su ventana.
Antonia Ceada Acevedo