Más allá de mi vista, estás tú, mi amor,
porque me diste esos imborrables besos,
que en mi corazón llevo impresos,
saboreándolos todos ellos sin temor.
Mi vida vive con tu recuerdo,
evocando siempre tu figura
en el silencio que guardó mi corazón.
Y sin poder detenerte, fue más grande mi dolor.
En tus caricias encontré ternura,
fue corto el tiempo, y largos mis intentos,
y alguien me dijo que esto no era eterno,
y vivo en la soledad, donde no hay sol, ni hay vientos.
Tú eres mi poema de amor,
la aurora de mis sueños,
fuiste la luz de mis ensueños
y hoy mi más grande clamor.
Te querré por siempre ¿por qué habría de negarlo?
Fue el silencio el que dijo que el alma está vacía.
Te amaré a gritos ¿por qué volvería a callarlo?
¡Cuánta soledad en la palma de mi mano!