Enmudéceme, ábreme la garganta
y tápala con vidrio molido
para que me duela hablar.
Para que no se escuche en su
fondo el eco de las palabras
que amorosamente no te he
dicho:
Te quiero,
Te extraño,
Te necesito.
Todas,
Todas ellas.
A fin de cuentas mi voz
no tiene porque desgranarse
ni sangrar con todo
este sentimiento guardado.
Dejalo que se quede.
Enmudéceme, haz de mis
palabras un destello que
te ciegue y no sepas
de donde viene.
Haz de mi el extraño que
debi de haber sido siempre,
Enmudéceme,
No busques mas en mis
miradas la oportunidad
de hablar y hablar y
saber que todo sera
en vano.
Enmudéceme,
dejame en el silencio,
y ahogame con todas
y cada una de las
cosas que jamás,
jamás, habrás de oir
de mi boca.