Me duelen los labios, por no pronunciar tu nombre
Me duelen las manos al no tener las tuyas entre las mias
Me duelen los versos que mis manos no saben escribir
Se quedan mis labios, mis manos mis versos, anclados a tu ausencia.
Ahí se quedaron mis ojos, anclados a los tuyos, a tus suaves manos, anclada mi mirada en tus perfectos labios, como podré hacer para que me mires mirarte si estas ausente?,
Seduce el rosa de tu aroma, la arena en tu bañador,
Seduce la noche serena sobre tu cuerpo vestido de chocolate
Seduce el silente vestido que cae debajo del cajón del cielo sin estrellas,
Seduce tu mirada esmeralda, que llena mi tiempo y estalla
Me dueles, me seduces y eso que apenas te conozco.
Jordi