En el crepúsculo de la vida, desearía transformar lo que me lastima, disfrutando cada minuto de aquello que brindé sin pedir nada a cambio, rodeada de los que tanto amé y amo. En este recuento quizás yo sea la única culpable, entregando sin medida todo, sin pensar que en el camino me cruzaría con los que hoy me dan la espalda cuando más los necesito; hacer antesala al teléfono que suena cada tanto sintiendo que sólo es un cumplido, esperar la rosa perfumada, el beso que nunca me faltaba, las miradas profundas que en silencio todo revelaban, es donde me pregunto: ¿dónde residen los caudalosos océanos de amor que he brindado? ¿por qué no están junto a mí en la fría mañana, lluvia y tempestades?
Sigo la huella en la arena húmeda de mis ojos sin encontrar la respuesta, me niego a pensar que la ambición por el dinero ha superado al amor verdadero y lamentablemente sea esta la respuesta.
Mi esencia y mi existencia están intactas, no busco cambiar, seguiré amando y entregando mi verdadero sentir como siempre en la esperanza que la vida misma guíe el timón a cada uno, quizás al llegar a la orilla se den cuenta todo lo que con amor les he brindado.
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STELLA CRISTINA ROSENDE TAVELLA