La princesa se durmió con una sonrisa,
Yo la cobijo entre poemas y desvelos,
No quiero que se entere que allá afuera,
Al cielo le dio por llorar y hace frio,
Sus ojitos se han cerrado y la ciudad sigue afuera,
Y yo cuido esa paz que adormecen sus parpados,
Me sueño poeta frente a una computadora,
Donde la pienso indefensa y sigo escribiendo.
Puede que al salir el alba,
Ella se vaya y jamás regrese,
Y en cada uno de mis pasos me sienta inseguro,
Quizás el día de mañana,
Me sonría, y murmure que me quiere,
Y termine por guardar bajo mi almohada ese segundo,
No sé si la olvide entre mil miradas,
Pero es seguro que ella vivirá aquí en mi alma.
Esta noche ha sido fría y lluviosa,
Con adioses y de libros en común soledad,
Me hago parte de los acuerdos de tu prisa,
Me sueño entre tus planes y en tu edad,
Y digo la princesa duerme,
Y me sumerjo en el increíble momento de verle,
Soñando mil ideas hermosas,
Como lluvia sobre la ventana.